En la refinería La Rábida trabajamos con una materia prima, el "crudo", que es cancerígena, a así como muchos de sus productos intermedios y finales: naftas, gasóleos craqueados, fuel oils, benceno, gases, etc. Estamos, por tanto, expuestos a contraer cáncer, y desde hace muchos años venimos pidiendo un seguimiento especial de control de esta enfermedad, y que además se siga haciendo un seguimiento a los trabajadores que acaben su relación laboral con Cepsa, puesto que el cáncer no es una enfermedad que se manifieste de inmediato, sino que va minado la salud poco a poco, y en muchos casos nos damos cuenta de ella cuando estamos jubilados. Por
otro lado, en la negociación del convenio general de Cepsa, la Empresa se niega
a incluir la ampliación de los controles médicos a los “marcadores tumorales”.
También le hemos exigido a la Empresa que se apliquen las medidas de higiene previstas en el RD sobre los riesgos para la salud por trabajar con productos cancerígenos, pero la Empresa se niega, y sólo aceptó. hace unos años el lavado de la ropa de trabajo.
Pues bien, en estos días la prensa se ha hecho eco de unos estudios sobre la salud relacionados con el Polo Químico de Huelva, que avalan nuestras peticiones y exigencias:
Un nuevo toque de atención sobre los efectos que
lleva consigo vivir en el entorno de un Polo Químico como el de Huelva. Y de
nuevo llega de la mano de la ciencia médica. En este caso se trata de las
reflexiones realizadas por investigadores de la Universidad de Granada, bajo la
dirección de Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina,
director del departamento de Radiología y Medicina Física y coordinador de
Investigación del Hospital Clínico de Granada. Este equipo se ha encargado de
recordar los resultados del Mapa del Cáncer elaborado en 2007 por el
epidemiólogo Gonzalo López-Abente, del Instituto Carlos III, pero haciendo un
llamamiento explícito a la prevención de los factores de riesgo.
El estudio destaca un aumento de la aparición de cáncer de vejiga y
pulmón en el entorno de los polos químicos, señalando a Huelva, donde cabe
recordar que empresas como Atlantic Copper o Fertiberia desarrollan su
actividad casi dentro de la ciudad en la Avenida Francisco Montenegro, o el
macrocomplejo de Cepsa en Palos de la Frontera. También se cita como lugares
con estos factores de riesgo extra a las provincias de Cádiz, Sevilla y
Almería, esta última por la actividad agrícola.
Olea también destaca entre los factores de riesgo más importantes para desarrollar enfermedades
el momento de la exposición a ciertos productos químicos, lo que se denomina
‘The windows of exposure’ o las ventanas de exposición. Según los estudios realizados
por su grupo de trabajo, se sospecha que las exposiciones del embrión y feto durante
el embarazo y primera infancia son especialmente peligrosas, ya que “las exposiciones
tempranas en momentos críticos son las más importantes, mientras que las tardías
no son tan definitivas”. Con estos datos científicos sobre la mesa, Olea señaló
en la conversación que mantuvo con Viva Huelva que en la provincia onubense se
suma al tabaco, el alcohol y la exposición al sol el factor de riesgo inherente
a la presencia de la industria química. “Hay exceso de incidencia y mortalidad
a causa de esos cánceres químicos, que pueden ser causados por el tabaco, pero
en otros muchos sitios también se fuma mucho y no hay tanta incidencia”, señala
el catedrático.
Prevención
“Lo más importante es la prevención, adelantarse a la aparición del cáncer”, defiende el profesor Olea, que aboga sin fisuras por que “los oncólogos y los clínicos se impliquen más en los procesos de prevención” porque “hay factores de riesgo que son evitables”. Este experto lamenta que la prevención en la medicina en España es “anecdótica”. “Sólo cuando el Estado se lo cree, hace cosas beneficiosas para todos”, sentencia. La medicina, continúa Olea en sus conclusiones, “que se enseña y se practica es diagnóstica y terapéutica, porque parece que es más científica, más moderna, más acorde con el desarrollo de la técnica”. “La medicina diagnóstica cuenta con grandes máquinas y la terapéutica igual, grandes productos, avances tecnológicos que son muy bien recibidos por la población”. “Ya lo dicen en la televisión: sigue consumiendo modernidad, que todos nuestros problemas y enfermedades provocadas por el desarrollo las solucionaremos con más desarrollo, con más tecnología: una máquina que te detecta el cáncer, otra te irradia selectivamente..., una solución para cada cosa”, dice no falto de ironía.
En la investigación de su equipo se
trabaja con la filosofía de que “como no podemos controlar nuestra
susceptibilidad individual ni nuestros genes, preferimos actuar sobre nuestro
medioambiente, que es lo que podemos modificar y nos permite anticiparnos a la
enfermedad”.
Y en casos como el
onubense, con factores de riesgo extras para acabar teniendo cáncer debido a la
presencia de empresas químicas en su entorno, la reflexión del profesor Olea es
clara: “que sus ciudadanos presionen para que los que tengan que tomar decisiones
colectivas apoyen el bien común”, concluyó Olea su conversación con Viva Huelva.
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